Gestiones urgentes via telefono movil

Hay un montón de trámites que afortunadamente se pueden hacer a través de Internet, gracias sobre todo a las aplicaciones vía web que la mayoría de las administraciones poco a poco van poniendo a disposición de los ciudadanos. Y quien habla de las administraciones públicas, habla también de las empresas privadas.

La inmediatez de la información es hoy un valor cada vez para un número mayor de personas, y la tendencia es ir progresivamente a mucho más. Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y avanzan a un ritmo vertiginosos en todos los ámbitos, entre los que cabe destacar la jurimetría en materia de Derecho. El ejemplo último que he vivido hace poco, fue la necesidad de subir a un autobús municipal sin llevar dinero encima, situación que puede resolver pagando el billete desde el teléfono móvil. Me costó más cara que si hubiera adquirido un billete pagándolo en efectivo, y muchísimo más caro que si hubiera utilizado el bonobús, pero salí del aprieto.

Hay quienes incluso llevan un segundo teléfono móvil para este tipo de situaciones que surgen mucho más frecuentemente de lo que en un principio se podría pensar. ¿Y cómo comprarse un móvil usado para esos menesteres? Pues de mil formas distintas, tanto por Internet como reciclando cualquier móvil viejo que tengamos en cualquier cajón abandonado por ahí. Tiene la ventaja de que al usarlo sólo para una cosa específica, siempre podemos dejarlo apagado, para encenderlo justo en el momento que lo vayamos a necesitar, y así la batería nos dura un montón. Otra ventaja, es que siempre podemos estar comunicados, ya que si estamos fuera de casa o de algún lugar donde haya un enchufe cercano, siempre podemos cambiar la tarjeta de un móvil al otro.

Volviendo  a este tipo de páginas y antes que se me olvide, también en ellas podemos desprendernos de esos móviles y sus accesorios, aunque yo soy más bien del grupo de los compradores, que si buscas bien, te encuentras con auténticos chollos, al comprar unos móviles estupendos, por unos precios de risa. Y así, gana tanto el comprador como el vendedor, y por supuesto el medio ambiente, al seguir poniendo en uso unos dispositivos electrónicos cuya fabricación no es precisamente muy respetuosa con el medio ambiente.