Una asesoría repleta de cerraduras

Y si pierdes las llaves, siempre puedes llamar a los cerrajeros de Zaragoza
Hoy todo tiene que estar siempre bajo llave

Mi padre tuvo una asesoría desde que terminó sus estudios y él no entiende que a mí ahora- 50 años después- me cueste tanto abrir la mía propia.

No se da cuenta de que eran otros tiempos y las cosas no resultaban tan complicadas como ahora.

Hoy día, cualquier negocio o actividad empresarial o profesional que quieras iniciar, acarrea interminables trámites, regulaciones, exigencias administrativas…

Llevo meses haciendo gestiones y cumpliendo normativas… Y parece que nunca voy a terminar.

Por si fuera poco, cada cosa que haces, cuesta dinero. Y bastante.

Abre uno su negocio con toda la ilusión, pero ya con un montón de gastos que necesariamente ha tenido que asumir para poder arrancar su proyecto.

En lugar de facilitarnos las cosas y ayudar, hacen justo lo contrario. Parece que no quisieran que emprendiéramos nuestros negocios.

Mucho hablar de emprendedores, de ayudas a emprendedores e historias. Y a la hora de la verdad, te das cuenta de que es casi todo mentira.

Ya he tenido varias baches y más de un día he tenido ganas de mandarlo todo al infierno y quitarme la idea de abrir mi propia asesoría.

Pero bueno, creo que ya está casi todo a punto, y si no hay imprevistos, inauguraré la oficina la semana próxima.

El caso es que me hace mucha ilusión, pero también me enfado una barbaridad cuando pienso en todo lo que hay que liar para llegar hasta aquí.

La última sorpresa me la ha dado la abogada que lleva el tema de la protección de datos. Mi asesor fiscal –que sabe de todo- me explicó que la Ley de Protección de Datos era otra de las normativas que me afectaba.

Yo también soy abogado (aunque no ejerzo y me dedico al asesoramiento fiscal) y no tenía ni idea de que tenía que adaptarme a esa Ley. Además, como en mi asesoría somos tres abogados, hay dos de ellos que llevan procedimientos judiciales de todo tipo, con lo cual vamos a manejar datos especialmente protegidos.

La abogada electrónica me explicó qué era eso. Es una compañera muy competente y me ha realizado todos los trámites en menos de una semana.

Una de las cosas que me explicó era que los expedientes en papel que tuvieran datos especialmente protegidos (por ejemplo, un parte de lesiones en un expediente de tráfico, o un informe pericial médico en una incapacitación) tenían que guardarse en archivadores o muebles con cerradura y llave, que a su vez estuvieran en áreas cerradas, con puertas igualmente con cerradura y llave.

Y claro, la oficina que yo había mandado decorar y habilitar, no tenía puertas con cerraduras. Ni siquiera las tenían los armarios destinados a guardar los expedientes.

Y como no quiero jugármela, he tenido que buscar unos cerrajeros Zaragoza baratos 404, para que se dediquen a poner un montón de cerraduras en puertas y armarios.

Encima, la oficina es inmensa y tiene un montón de habitaciones y muebles de archivo, porque en un futuro próximo espero ampliar mi equipo de profesionales, con objeto de darle un mejor servicio a la clientela.

Los cerrajeros la verdad es que han hecho un magnífico trabajo, y muy rápido, y a un precio bastante ajustado, pero claro, es otro gasto más que acumular…

Esto me parece una locura.

Las personas somos más o menos felices hasta que un día conocemos a la abogada de protección de datos. Entonces ella te explica que tienes que poner cerraduras en las puertas y que no puedes andar cogiendo nombres y teléfonos de clientes sin más.

Tengo un amigo que a la vista de eso, lo que hace es no recoger datos. Y así no se le aplica la maldita LOPD. Pero claro, yo soy abogado y no puedo hacer eso. No me queda otro remedio que adaptarme a la Ley porque yo sí tengo por fuerza que recoger información personal a los clientes.

Malditas leyes.

¿Y sabéis que es lo más raro? Pues que mi compañera electrónica –que parece una profesional seria y competente- tiene una web que trata sobre la protección de patos…

Sí, con P.

Yo la verdad es que no entiendo nada. Esta mujer es muy rara.

Bueno, al menos espero que la Agencia de Protección de Datos nunca venga a inspeccionarme.

Porque yo patos lo que se dice patos, la verdad, no tengo.